Galletitas de Nacimiento

Tenía la sospecha de que mi vecina de al lado estaba esperando bebé...

Es una pena que se haya perdido aquella relación entre vecinos de hace años.

Entonces la vecindad era como una familia grande (aunque también había excepciones)

¿Había alguien enfermo?  Todos ayudaban a la familia.

¿Que los abuelitos del primero estaban solos y con pocos recursos? Siempre había alguien que les acercaba una ollita con alimentos. O cualquier otra cosa necesaria.

Y pensando en esto me acordé de las palabras del Señor Jesús: Ama a tu prójimo como a ti mismo.

¡Ya me he salido del tema!

Pues como decía, pensaba que mi vecina se hallaba en estado de buena esperanza. Pero la veía en tan contadas ocasiones, que tenía temor de ser indiscreta o de hacer el ridículo...

Pero, he aquí que una mañana temprano, creímos oír a  través de las paredes un debilísimo llanto infantil.

¿Estaríamos en lo cierto?

A los pocos días coincidí con el joven esposo en el ascensor.

-¿Habéis tenido un bebé? - le pregunté.

-¡Si! -contestó feliz - ya hace un mes.

Le felicité sintiéndome culpable por no haberme dado cuenta antes. Es que la pequeña es buenísima y  apenas llora.

De modo que me puse manos a la obra, o manos en la masa, y preparé estas Galletitas decoradas con Glasa.

Y bandeja en mano fuimos mi marido y yo, algo nerviosos porque esto no es muy usual en mi comunidad, a ofrecerles nuestra enhorabuena.

¡Quedaron sorprendidos!

Nos hicieron pasar y nos mostraron a la niñita, preciosa.

Quedaron muy contentos.

¡Y nosotros también!

Mañana os explico como se hace la glasa.

¡Hasta mañana!