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domingo, 28 de junio de 2015

Y tú ¿cómo haces el arroz con leche?



Cuando entra el verano siempre me acuerdo del arroz con leche que preparaba mi madre.

¡Bien fresquito!

¡Y cómo lo disfrutábamos!

Puedo recordar el aroma que se expandía por toda la casa...

Canela...cáscara de naranja...

O de limón...

Por cierto, mi madre pelaba las naranjas sacando toda la piel en una tira.

La colgaba en un ganchito en la cocina y dejaba que se secara.

De esa manera le da un sabor especial al arroz con leche.

Igual se puede hacer con la piel del limón. 

Es cierto, cada cocinillas tiene su propia fórmula para cada plato que prepara,

vamos...su toque personal.

Yo el arroz con leche hace años que lo preparo de la siguiente manera:

Ingredientes:

Una taza de arroz redondo
Un litro y medio de leche entera
Una ramita de canela
La mitad de la piel de naranja o limón 
Tres o cuatro clavos de olor
De seis a ocho cucharadas de azúcar (a tu gusto)
Dos cucharadas de pasitas (opcional)


Lo primero ponemos el arroz en una olla y añadimos agua, justo hasta cubrirlo.

Lo llevamos a ebullición a fuego medio y lo dejamos hervir hasta que se haya consumido todo el agua.


Así.

Una vez queda prácticamente seco agregamos el litro y medio de leche.


También agregamos la piel de naranja o limón,la ramita de canela,

y los clavos de olor.



Si te gustan las pasitas, este es el momento de añadirlas.

Lo hacemos hervir a fuego bajo hasta que el arroz está bien tierno.

¡Vigilando para que no se salga de la olla!

Y removiendo de vez en cuando.

Una vez comprobemos que está bien cocido, añadimos el azúcar.


Que puede ser blanco...


O moreno...

Eso va a gustos...

Como la cantidad...

Depende si te gusta más o menos dulce.

Removemos y dejamos hervir uno o dos minutos...

¡Y ya está!

Retiramos la ramita de canela, la piel de naranja y los clavos de olor.

Sobre todo se ha de retirar la piel de naranja o limón porque si no, todo lo que está a su alrededor 

tendrá un gustillo amargo.

Ahora sólo falta ponerlo en cuencos individuales o en una fuente grande.

Lo espolvoreamos con  canela molida, tapamos con film de cocina,

¡y a la nevera!



¡Y a disfrutar!

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